Un retrato es basicamente la representación de una persona, aunque también es la descripción de la misma. Los grandes maestros fundían en uno solo ambos conceptos, el físico y el literario, ya que con una compleja composición y el dominio del gesto, la actitud, la mirada y los rictus faciales, conseguían dotar al retratado de su propia personalidad. Por ello no es de extrañar aquellos retratos magníficos y enormes que exaltaban la majestad de reyes y nobles en la antigüedad.
El retrato no deja, sin embargo, de ser un símbolo, tanto del retratista como del retratado. No me limito a representar a la persona sino que siempre me gusta añadir algo más... en la mirada... en el trazo... Retratistas hay muchos, y Retratos saben hacer todos ellos. La clave está en diferenciarse, para que cuando haya que elegir, el cliente decida en función de "lo que le gusta", no en función de precios o caché del autor.